Las diversas causas del dolor muscular crónico y sus molestas consecuencias requieren siempre atención profesional. Se analizan, en los siguientes apartados, cuáles son los tratamientos más eficaces.
Tipos de tratamiento
El tratamiento del dolor muscular crónico se afronta principalmente desde dos perspectivas en base a los tratamientos disponibles:
Farmacológico
Es habitual recetar medicamentos como analgésicos, antiinflamatorios o relajantes musculares. El uso de opioides ofrece unos efectos adecuados, pero pueden generar adicción en el paciente o sobredosis. Dados los efectos secundarios del consumo de medicación con periodicidad diaria, resulta imprescindible elegir una alternativa más saludable.
Terapias de manipulación muscular
El dolor muscular crónico suele ser un síntoma asociado a una dolencia degenerativa. Los masajes ayudan a detectar cuáles son los tejidos blandos más afectados por la enfermedad o la lesión del paciente. Su estimulación manual ayuda a paliar el dolor y a recuperar la funcionalidad de los músculos afectados.
La eficacia de la fisioterapia
El dolor muscular crónico y la fisioterapia son dos términos que suelen aparecer unidos gracias a la indudable eficacia de esta técnica. Entre otras ventajas, permite:
- El uso de técnicas diversas como la aplicación de distintas temperaturas. El frío ayuda a contraer el músculo, el calor a su relajación. El contraste de ambas opciones da como resultado el fortalecimiento progresivo de las fibras dañadas y una disminución del dolor.
- Aplicar la manipulación directa. Será el profesional elegido el encargado de comprobar con sus manos dónde se encuentran las irregularidades que hay que solucionar. Es importante aclarar que cada sesión consiste en la realización de estiramientos, torsiones y manipulaciones destinadas a estirar la musculatura y a ayudar al paciente a que supere las molestias con el menor esfuerzo posible.
- Participar en sesiones de fisioterapia. Tras las primeras visitas es posible programar sesiones en las que se realicen los ejercicios correspondientes bajo supervisión profesional. La práctica periódica conlleva mayor facilidad para controlar los síntomas y contribuye al fortalecimiento progresivo del paciente.

El dolor crónico en la tercera edad
El tratamiento del dolor muscular crónico en ancianos es una materia que requiere el máximo cuidado posible. El paso del tiempo afecta a la capacidad del hígado para filtrar tóxicos como los que incluye la medicación. Calmar el dolor durante unas horas no evita que los pacientes se enfrenten a una serie de riesgos, por ejemplo:
Caídas y accidentes
El fisioterapeuta trabaja con el objetivo de lograr la recuperación progresiva de la musculatura del paciente. Así, es más fácil evitar caídas provocadas por falta de tono muscular o elasticidad. Lo habitual es que se apueste por ejercicios de estiramientos, fomentar la flexibilidad muscular y aumentar la resistencia muscular. El resultado es un menor riesgo de caerse por las causas ya indicadas.
Intervenciones quirúrgicas
El uso de la cirugía para solucionar problemas relacionados con el dolor muscular crónico está muy extendido. Cada intervención supone un riesgo tanto por el proceso en sí como por sus consecuencias (medicación para recuperarse en menos tiempo). La fisioterapia ha demostrado su validez para evitar pasar por el quirófano y para conseguir que las personas con dolor crónico recuperen su calidad de vida.
Debilidad del sistema inmune
La falta de movimiento provoca que el organismo sea mucho más sensible a infecciones respiratorias. Igualmente, la aparición de úlceras en la piel que provoca el sedentarismo son fácilmente evitables gracias a la fisioterapia neurológica y muscular.
Empeoramiento general del estado de salud
La calidad de vida empeora con la falta de movimiento. La ausencia de actividad física provoca sobrepeso, rigidez muscular y alteraciones psicológicas. Gracias a la fisioterapia, es posible evitar todo lo anterior. También es más sencillo lograr que los mayores recuperen sus actividades habituales progresivamente. Volverán a sentirse útiles y capaces de enfrentarse a su día a día con más probabilidades de éxito.
La importancia de la profesionalidad
Los objetivos arriba indicados se alcanzan más fácilmente con apoyo profesional. Confiar en una clínica de experiencia demostrable y en fisioterapeutas titulados es sinónimo de éxito. No es nada conveniente elegir a personas que dan masajes sin la formación correspondiente. Podrían aumentar las consecuencias de la lesión y empeorar el estado del paciente.
Igualmente, las diversas técnicas se completan con un apoyo psicológico siempre imprescindible. El experto sabe cómo animar y estimular a cada persona para que se esfuerce todo lo posible. Cada sesión se convierte así no en un entrenamiento físico, sino en un momento de relajación.
Mantener el buen humor, proponerse objetivos y seguir las pautas del fisioterapeuta es indispensable. El esfuerzo, la constancia y las ganas de superar los problemas físicos son igualmente importantes. La conjunción de todos los factores mencionados da como resultado la recuperación de la movilidad. Comenzar una nueva etapa personal es posible gracias al inestimable apoyo de la fisioterapia.